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Creo firmemente que la salud es un todo, donde debemos intervenir desde todas las áreas para nuestro bienestar general. La alimentación y la nutrición son la base para mantener nuestra salud física, mental y espiritual, aprendiendo a nutrirnos, previniendo las enfermedades y tratando las existentes para promover el equilibrio.

Está comprobado que llevar una vida sana se basa en hábitos y no dietas. Las dietas generan un círculo vicioso que no duran en el tiempo, si deseas ver cambios reales, sentirte bien, sano y fuerte, te invito a comenzar por cambiar o mejorar tus hábitos de alimentación y estilo de vida, que te acompañarán durante toda la vida.

Te invito a acercarte a una alimentación antiinflamatoria, un tipo de alimentación que te entregará más energía, disminuirá tu fatiga mental y sanará la inflamación crónica que puede ser causa del estrés sostenido en el tiempo, una mala calidad de sueño, hábitos y una alimentación inadecuada o alta en alimentos procesados y ultraprocesados.

Se dice que toda enfermedad se genera en el intestino, esto se relaciona con un desequilibrio en nuestra microbiota intestinal. Por esta razón es tan importante cuidar nuestras bacterias intestinales, entregándoles la mejor nutrición y alimentación, incluyendo ciertos alimentos que potencian su bienestar y mejoran nuestra calidad de vida, disminuyendo la hinchazón, distención abdominal, estreñimiento y diarreas recurrentes.